Anabel y Jorge

Fueron nuestros ojos y nuestras manos. Vivimos en Madrid, pero volvíamos a casa para celebrar con los nuestros algo tan especial como es el día de tu boda. Siendo así, estando lejos, si no hubiéramos dado con ellas no sé que habría pasado. Son profesionales 100%, y por encima de todo son atentas, cariñosas, simpáticas, cercanas, y comprensibles. Hicieron que fuera todo sobre ruedas, y lo pudimos disfrutar al máximo. Nuestros invitados marcharon comentando lo bonito, romántico y divertido que fue todo. Se ciñeron a la perfección a lo que queríamos, e hicieron realidad nuestros sueños. No lo olvidaremos nunca, y sobre todo y por encima de todo, volveríamos a contratarlas sin pensarlo. Gracias, chicas, ya formáis parte de nuestras vidas al hacer que nuestro día fuera inolvidable.